viernes, 17 de noviembre de 2006

¡ABRACEMONOS TODOS...!

El mensaje se ha propagado con la efectividad con la que se propaga un virus. Y no es raro, precisamente por eso el marketing que utiliza la red y el e-mail para difundir sus mensajes recibe el nombre viral. En este caso un tío en Australia sale a la calle con un cartel en el que ofrece abrazos gratuitos. Según alguien se le acerca lo envuelve en sus brazos, lo aprieta contra su pecho y así lo mantiene un buen rato. Hay un buen rollo impresionante, así que el abrazador decide colgar su video en You Tube. Y como el tema se ha puesto de moda, ya podemos ver, en ciudades como Madrid, gente que sale a pasear con un gran cartel ofreciendo abrazos por la jeró. No hay doble intención, no se busca que el destinatario sea hombre o mujer, joven o adulto, que esté buen@... Simplemente se ofrece cariño en su más sana expresión. Y la gente sale a la vía pública a eso, a dar abrazos mientras cambia sonrisas, carcajadas y fricción con otra gente a la que no conoce de nada. Puro altruismo ¿Cuánto tiempo se puede llegar a ofrecer ese servicio sin que se acabe la euforia? ¿Cuánto tiempo pasa hasta que esa euforia termina ante unas cervezotas fresquitas en compañía de un abrazado? Y llegado el momento ¿Quién paga las consumiciones? La moda, queda dicho, se expande como un virus. Quizás pronto llegue a Donosti y tengamos la oportunidad de romper esos mitos que nos muestran como gente demasiado seria y poco afectiva. Quizás podría servirnos incluso para romper determinados mitos sobre carencias sexuales que todos conocemos. Así al cartelito típico de “Aquí no hay quien folle”, le podamos añadir la coletilla: “Pero abrazar, se abraza de lo lindo”. Algo es algo ¿no?
*Artículo para la revista 943 de San Sebastián

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