miércoles, 4 de julio de 2007

PAPA VIERTEL



Marbella primavera de 2007. Después de mucho esperar Peter Viertel se presenta con su volkswagen en el aparcamiento del club de golf donde hemos quedado y me pide que le siga. Es un hombre alto y corpulento, que no aparenta los 86 años que cuenta. Le sigo hasta su casa. Hace dos años que sufrió un infarto cerebral. Sin embargo, juega al tenis todos los días. Nos sentamos en la terraza, Viertel me mira y sonrie. Frente a mí tengo a uno de los titanes del guión cinematográfico. Entre sus éxitos cabe destacar “Cazador blanco. Corazón negro”, “Sabotaje”, “Éramos desconocidos”... No hace demasiado que ha visto la luz su última novela, Una bicicleta en la playa. Casado con Deborah Kerr, reside con ella en Marbella desde hace cuarenta años.

P.- ¿Cómo se hace para llegar a los 86 y estar tan bien?

R.- Haciendo surf (se ríe).

P.- Se dice que usted trajo este deporte a Europa ¿Qué hay de cierto en ello?

R.- El productor de la Fox Richard Zannuck había comprado los derechos de Fiesta, la novela de Ernest Hemingway. Yo había hecho el guión. En ese momento hubo un lío en la Fox porque Skouras, que era el jefe, dijo que nadie de la compañía rodaría nada en Europa. Él había grabado en Grecia un film con el director Jean Negulesco y Sofía Loren y había perdido mucho dinero. Zanuck decidió grabar en Méjico y coger algunas fotografías en Pamplona. Yo vivía en Suiza pero en verano me iba a San Juan de Luz donde tenía una pequeña finca. Al enterarme de que venían, pedí a Dick, el hijo de Zanuck, que trajera unas tablas de surf para enseñarme. Cuando Zanuck vio el equipaje dijo: “soys unos hijos de puta, habéis traído dos planchas de surf”. No se enfadó con nadie pero dijo: “Dick, a casa enseguida”. Él no quería que su hijo fuera un play boy. Yo me quedé sólo con las planchas en Biarritz; podía haberme matado. Luego vinieron australianos y neocelandeses y también dos o tres chicos vascos. Poco a poco fuimos aprendiendo. Ahora ya no hago surf , me cuesta mucho.

P.- Ha habido una relación entre la literatura y el surf con escritores como London, Twain… usted mismo ¿A qué se debe?

R.- Es un deporte fantástico y excitante pero es complicado de practicar. Tengo la idea de escribir una película de surf pero nunca me he puesto a ello. Es un lío, pierdes mucho tiempo y puede ser que luego no salga bien. Millius hizo una buena película, El Gran Miércoles. A él le gustaba mucho la guerra, le encantaba y eso a mí me ofendía. Un día le dije: “Mira Jon, a ti te gusta la guerra ¿por qué no te vas a Vietnam que está cerca y puedes ir como corresponsal?” Sé que tuvo una oferta pero no quiso ir.


P.- ¿Estuvo usted en la II Guerra?

R.- Sí, me alisté en la Marina en el 42

P.- Hay, también, una importante relación entre la literatura y la guerra…

R.- Claro, la guerra es una de las grandes experiencias de la vida. Y mucha literatura viene de ella. Hay dos o tres escritores americanos que han escrito muy bien de la Segunda Guerra. Yo escribí un libro sobre la guerra pero no fue bueno. Hay que rectificarlo y eso lleva mucho trabajo. Ahora me cuesta más sacar las tres o cuatro horas de escritura diaria.

P.- En su novela autobiográfica, Una bicicleta en la playa, hay un gran interés por la guerra civil española ¿Estaba influido por la obra de Hemingway?

R.- No, no. Eso son pequeñas figuras. El tema de España fue muy importante en los países democráticos. Franco era amigo de los alemanes y de los italianos y los aviones alemanes bombardearon Gernika. Muchos americanos sentíamos simpatía por los republicanos. Aunque los comunistas habían luchado con la republica y el papel que jugaron fue muy dudoso; quisieron que la guerra se hiciera más larga. En la República había muchos anarquistas y muchos vascos que luchaban por sus razones.

Yo llegué a España con Hemingway en el verano del 53. Pasó por San Juan de Luz con su mujer y fuimos a Pamplona junto con Hotchner, el escritor de Papa Hemingway. Ernest había estado ya antes, incluso como corresponsal de guerra. Fue cuando escribió Por quién doblan las campanas; una novela un tanto infantil. Adiós a las armas es lo mejor que ha hecho.


P.- Hablando de comunismo, usted vivió la caza de brujas en Hollywood.

R.- Mucha gente cantó en aquellos tiempos. Lo hacían para poder seguir ganando dinero en el cine. Ese fue el caso de Elia Kazan. Zanuck me confesó que le dijo a Kazan que o testificaba o no podía seguir ofreciéndole trabajo. Kazan delató solamente a los más pequeños, a los más débiles. Yo no he sido del partido. Nunca me han gustado los comunistas. Irwin Shaw y yo no éramos amigos de los comunistas. Tras la guerra, quisieron hacer creer que Churchill y Hitler eran una misma cosa y eso no era verdad. Mi primera mujer fue del partido y no quiso cantar. Así que vino a Europa a intentar trabajar y al final volvió a América y testificó también. Y su hermana y todo el mundo… Yo no tuve problemas con la caza de brujas

P.- Su familia eran intelectuales europeos que fueron a América escapando de la Primera Guerra. Posteriormente los intelectuales americanos viajaron a Europa ¿Qué buscaban?

R.- Era la idea romántica de ir a París y vivir en un hotel pobre y escribir una novela. Pero eso le pasó a Hemingway y a pocos más. Quizás también a Scott Fitzgeral que creo que escribió una parte de El gran Gastby en París. Él ya bebía mucho. Era muy autodestructivo. Las novelas de Fitzgerald nunca han ganado mucho dinero.

P.- Las de Hemingway sí.

R.- Hemingway fue el único que nuca aceptó ser guionista en Hollywood; no quiso vender su talento. Tenía mucho éxito y además se había casado con una señora rica, y fea; eso le permitía escribir. En cambio Fitzgerald se casó con una alcohólica neurasténica. Pero la culpa de su alcoholismo era de Scott. Luego él tuvo un ligue con una señora en California pero en ese momento ya no pudo escribir. En California escribió El ultimo magnate. Pero está sin terminar como el Crack Up. Fue un gran talento pero muy autodestructivo.

P.- ¿Fue Hemingway quien le presentó a Luis Miguel Dominguín?

R.- Teníamos muchos amigos comunes. Luis Miguel fue un gran amigo. Fui a ver toros con él a muchos sitios. Políticamente era de derechas. Su hermano Domingo era comunista. Al principio fue de la falange pero como muchos falangistas se pasó al comunismo. Un día Franco le preguntó en una cacería a Luis Miguel quién de los tres hermanos era el comunista. La tensión podía mascarse. Luis Miguel, con toda naturalidad le contestó: “ Todos, los tres comunistas, excelencia.”

P.- ¿Cómo era Dominguín?

R.- Para mí muy buen amigo. Pero para la gente un poco arrogante. Eso le hizo tener muchos enemigos. Pero era valiente.

P.- ¿Y cómo fue aquel verano sangriento entre Antonio Ordóñez y Luis Miguel que narró Hemingway?

R.- Yo creo que aquello no existió. Hemigway lo inventó. Sí es verdad que había competencia, pero también mala leche.

P.- Vive usted entre Suiza y Marbella ¿por qué esa elección?

R.- A Suiza nos fuimos Irving Shaw y yo para esquiar y nos quedamos a vivir allí porque nos gustaba. No para evitar pagar impuestos, como dijo Hotchner en Papa Hemingway. Ernest ya llevaba treinta años yendo allí. Marbella me recordó a California. Al principio Banús quiso que viviéramos en su Puerto. Deborah ha sido muy famosa y todo el mundo quería tenerla cerca. No nos decidimos. Luego el banquero Coca nos convenció para quedarnos con esta casa.

Entonces me enseña el jardín; si damos un salto caemos al club de golf. Vemos la pista de tenis en la que juega todos los días y yo me acuerdo de su Bicicleta en la playa y de esa frase que me dijo por teléfono al concertar la entrevista: “ven cuanto antes porque quizás pronto ya no esté”.

P.- O sea que esto es lo que le mantiene a usted en forma a los 86

R.- El surf es mejor deporte para el cuerpo que el tenis. Pero en el Mediterráneo no se puede practicar y desde el derrame ya no puedo ponerme de pie en la tabla.
.- Lázaro Echegaray
Para periódico Noticias de Gipuzkoa

1 comentario:

El Cuento - Ipuina dijo...

Acojonante. ¡Viertel escribió el guión de "Sabotaje"!

Este tio seguro que conocio a Maureen O`Hara.........

Coño Lázaro vaya día echaste.

Gonzalo Ortigosa Yoldi