viernes, 20 de febrero de 2009

REVOLUCION DE LO CONVENCIONAL


En los años 50 los yankis ya tenían los problemas que nosotros empezamos a tener ahora. En este caso, la insatisfacción con nuestras vidas, la frustración de nuestras expectativas, los años que pasan, envejecer, ser conscientes de que el éxito no llega y de que ya no vamos a ser estrellas de R´n´R, ni de la gran pantalla, ni de la pequeña. La vida sigue su ritmo, con nosotros o sin nosotros y continúa siendo eso que pasa mientras hacemos planes de futuro. Y un día nos damos cuenta de que el sueño (el americano en este caso, el de cada cual en los casos comunes) se ha desvanecido y entonces...
...entonces los protagonistas del film aspiran a buscar esa huída de la América convencional, como antes habían hecho Fitzgerald, Hemingway o Dos Passos y otros escritores de la Generación Perdida. París, no podía ser de otra manera, se presenta como el único destino de salvación. Pero no puede ser, no puede ser, no puede ser.
El autor de la novela en la que está inspirada la cinta, Richard Yates, la definió como una novela de abortos: expectativas, futuros, planes, parejas, embarazos abortados... Quizás la vida que nos ha prometido la modernidad no nos depare más que eso.

2 comentarios:

Jorge dijo...

Qué angustia de película, compae!Me quita las ganas de deshacer las maletas vaya a ser que me atrofie.

lazaro dijo...

Lo malo es gritan mucho, les van tan mal...